Hasta que se elaboró la manifestación se iniciará con la construcción de la obra.
El Tren Maya contará con una manifestación de impacto ambiental y con medidas de mitigación pues el objetivo del proyecto es “maximizar los beneficios ambientales, sociales y económicos” en el sureste de México.
Las medidas se evaluarán con base en los procedimientos y la normatividad vigentes en México, así como en concordancia con “las mejores prácticas internacionales” para el cuidado del patrimonio natural en la región.
El proyecto también considera incorporar medidas para mejorar la calidad y acceso de los servicios de transporte interurbano, abatir las emisiones contaminantes, mitigar el cambio climático, reducir el congestionamiento vial, evitar accidentes y asegurar el equilibrio hídrico en el área de influencia.
Con el objetivo de garantizar la sustentabilidad del proyecto, se atenderá “cualquier tipo de afectación a las áreas naturales protegidas federales y estatales”, adicionalmente, las compensaciones se canalizarán ante instrumentos de protección o restauración para asegurar la conservación de las primeras.
Algunas de las acciones son la reforestación de los lugares que conllevan el cambio del uso de suelo vegetal, el impulso de un ordenamiento ecológico territorial y la construcción de pasos de fauna para mantener la conectividad ecológica de la región.
Además se contempla el inicio de las licitaciones para la elaboración del proyecto ejecutivo de todos los tramos y la rehabilitación del tramo de Mérida a Valladolid; en los primeros días de diciembre se iniciarán los trabajos de consulta previa a pueblos originarios.
El 16 de diciembre se iniciarán los trabajos preliminares para rehabilitar la vía existente y para 2019 cuando se registren avances en el proyecto ejecutivo, se solicitarán las Manifestaciones de Impacto Ambiental y hasta disponer de estas se iniciará la obra.