La tierna historia de amor de Davide Astori y su pareja Francesca Fioretti

Todo comenzó en el 2013 en una fiesta de amigos en común. Por allí deambulaba Davide Astori, mientras Francesca Fioretti comentaba sobre su reciente viaje a Vietnam. El futbolista quedó encandilado: comenzó a interpelarla y vieron que la llama de la pasión por recorrer el planeta estaba encendida en ambos.

Fioretti, de 33 años, había destacado en televisión por envíos como Big Brother y Beijing Express. Pero a Astori no lo enamoró la fama, ni su belleza; mucho menos sus carreras paralelas como modelo o diseñadora de modas. El jugador que ayer murió a los 31 años de manera inesperada quedó obnubilado con su determinación por viajar.

“Love in Japan”, tituló ella esta foto de uno de sus viajes

“Love in Japan”, tituló ella esta foto de uno de sus viajes

“Yo acaba de estar en Vietnam y Davide, un apasionado de los viajes, tomó la iniciativa haciéndome preguntas sobre los lugares que había visitado. Después de un tiempo corto empezamos a salir y ahora aquí estamos, esperando por el primer hijo”, relató ella hace tres años a Vanity Fair.

Fioretti y Astori en una de sus últimas fotos en Instagram juntos

Fioretti y Astori en una de sus últimas fotos en Instagram juntos

Recorrieron las partes más diversas del mundo. Desde Perú hasta Japón. De Alemania a Nepal. Saltaron de India hasta México. Todo lo reflejaron en sus redes sociales con fotos representativas de cada destino.

Una postal del paseo que realizaron por India

Una postal del paseo que realizaron por India

En febrero del 2016 nació Vittoria, la pequeña hija que coronó esta apasionante historia de amor. Ella había dejado su carrera profesional para acompañarlo en su trayectoria como futbolista y había decidido estar bien presente en los primeros años de vida de la niña.

“Trataré de tomar todo el tiempo que sea necesario. Me considero una persona muy apegada a mi familia. Por supuesto es importante trabajar y quiero mucho mi independencia, pero un hijo crea una conexión tan profunda que se relega todo lo demás a un segundo plano“, reconoció en una nota.

“Un hijo crea una conexión tan profunda que se relega todo a un segundo plano”, aseguró

“Un hijo crea una conexión tan profunda que se relega todo a un segundo plano”, aseguró

Francesa nació en el municipio de Maddaloni, de la provincia de Caserta. Davide en San Giovanni Bianco, de la provincia de Bérgamo. Uno en cada punta de Italia, pero el destino decidió unirlos. Ella ayer recibió la tremenda noticia en su casa de Florencia en la voz de los propios directivos. En su cuenta de Instagram, donde refleja sus constantes viajes en familia, reza un último mensaje de hace unas semanas en una foto que compartían. “Tic-tac-tic-tac”, escribió como si el reloj corriese apresurado para fundirlos en una nueva aventura. El destino, esta vez, no quiso que así sea.