La próspera ciudad donde ahora solo florece el negocio de los ataúdes

*Después de 5 interminables años de guerra, la ciudad de Bamenda, en Camerún, está casi muerta.

El enfrentamiento entre los secesionistas de habla inglesa y el gobierno principalmente de habla francesa ha dejado solo un comercio en auge: el de los ataúdes.
Los cuerpos se arrojan por toda la ciudad: en las morgues, en las calles y en los ríos.
Los trabajadores de la ciudad los recogen y les dan un entierro sencillo.
“Ser enterrado es una bendición”, dice un trabajador del cementerio cuando viene a recoger 10 ataúdes baratos a una funeraria.
La demanda de los ataúdes de diseño elaborado que alguna vez fueron populares ha disminuidoz
Solían hacerse con forma de biblias, automóviles o botellas de cerveza para reflejar el estilo de vida, los intereses o los últimos deseos de los muertos.
“Ya nadie encarga los ataúdes que solían venderse por alrededor de US$1.500 porque nadie puede pagarlos”, dice un asistente a una funeraria local.
Los habituales funerales para hombres jóvenes y niños son un brutal recordatorio del conflicto en las regiones de habla inglesa del noroeste y suroeste de Camerún.
En solo cinco años, ese conflicto se ha cobrado decenas de miles de vidas, al tiempo que ha obligado a más de un millón a huir a zonas de habla francesa y a otros 800 mil a refugiarse en la vecina Nigeria.
La guerra tiene sus raíces en agravios que se remontan a finales del colonialismo, cuando el territorio controlado por los británicos se unificó con las áreas francesas para crear lo que ahora es Camerún.
Muchos cameruneses de habla inglesa se han sentido marginados desde entonces.
Y se han opuesto a lo que ven como intentos del gobierno – dominado por la mayoría de habla francesa – de obligarlos a renunciar a su forma de vida, incluido su idioma, historia y sus sistemas de educación y legal.