La princesa japonesa Ayako renuncia a la realeza por el amor de un plebeyo

La princesa Ayako perdió su estatus imperial tras su boda con Kei Moriya, aunque empresario, es  considerado un plebeyo al no tener sangre noble.

La princesa Ayako se casó con el financiero Kei Moriya. Al no pertenecer a la familia real japonesa, la princesa renunció a seguir formando parte de la monarquía nipona. Pero su renuncia le ha valido recibir casi un millón de dólares como compensación al dejar el nicho real.

La boda se realizó en medio de una ceremonia tradicional que fue celebrada en el santuario Meiji Jingu de Tokio. La Princesa es la tercera hija de la familia imperial Takamado y su padre fue primo del emperador Akihito. Mientras tanto, su madre, la princesa Hisako, es de mucho renombre por participar en actos públicos, culturales y deportivos como la candidatura para los Juegos Olímpicos de 2020.

Según lo establecido en el año de 1947, la Casa Imperial japonesa impuso que las mujeres que nacieron como princesas perderían su estatus de Alteza y las funciones de representación al casarse con un hombre que no tenga sangre real.

Es de esta manera que la princesa Ayako dejará de serlo para convertirse en una ciudadana común y corriente, llevando los cuentos de princesas a la realidad, al enamorarse de un plebeyo, prefiriendo renunciar a su estatus, todo por estar junto al hombre que ama.

En la realeza japonesa han ocurrido casos similares a este, debido que al igual que Ayako, la princesa Sayako, quien es hija de los actuales Emperadores, contrajo nupcias en 2005 con un funcionario del Gobierno de Tokio, convirtiéndose en Sayako Kuroda.

Pero Ayaka se va sin títulos nobiliarios, pero con una fuerte suma de dinero en su cuenta bancaria, al recibir como una tipo indemnización de más de 900 mil dólares.

Se sabe que el hoy esposo de Ayako,  Kei Moriya es empresario y tiene nexos con la  empresa naviera “Nippon Yusen K.K.”. Aunque la familia real de ella le otorgaron esa suma de dinero con la finalidad de que Ayako mantenga su nivel de vida aunque pierda el título de “Su Alteza Imperial” por casarse con un plebeyo.