Flora bacteriana intestinal influye en nuestra expresión génica

En los últimos tiempos, el trabajo de los investigadores ha revelado la crucial influencia que tiene la flora bacteriana intestinal en muchos de los procesos corporales, revirtiendo progresivamente la tendencia de desconocimiento generalizado que prevalecía al respecto. De este modo se demostró cómo las bacterias de la flora intestinal pueden influir en aspectos tan disímiles como la respuesta a la inmunoterapia contra cáncer o bajar de peso.

Pero un nuevo estudio realizado por científicos del Instituto Babraham en el Reino Unido, resalta aún más el vínculo entre la dieta, las bacterias intestinales y la salud humana, y demuestra que la flora bacteriana en el intestino humano liberan señales químicas que alteran la regulación genética dentro de las células del revestimiento intestinal.

El estudio muestra cómo los productos químicos producidos por las bacterias intestinales por la digestión de frutas y verduras, llamados ácidos grasos de cadena corta, pueden pasar de las bacterias a nuestras propias células y una vez allí, pueden desencadenar procesos que modifican la actividad de los genes que, en última instancia, afectan el comportamiento de nuestras células.

Las últimas investigaciones sugieren que los ácidos grasos aumentan el número de crotonilaciones, procesos de regulación genética que activan y desactivan genes específicos en el genoma celular, al bloquear la producción de la proteína HDAC2.

En pruebas de laboratorio, los científicos descubrieron que los ratones que habían sido despojados de las bacterias intestinales saludables, producían mayores niveles de la proteína HDAC2.

Ya en estudios previos se ha establecido un vínculo entre los niveles elevados de HDAC2 y el cáncer colorrectal, lo que sugiere que la regulación de la crotonilación desempeña un papel incuestionable en la prevención del cáncer.

La Dra. Rachel Fellows, biomédica del Instituto Babraham y coautora del estudio, explica: “Los ácidos grasos de cadena corta son una fuente de energía clave para las células del intestino, pero también hemos demostrado que afectan la crotonilación del genoma”.

La crotonilación se encuentra en muchas células, pero es particularmente común en el intestino. Este estudio revela un nuevo rol para la proteína HDAC2, la cual se ha visto implicada en el desarrollo de cáncer, por lo que ofrece un nuevo objetivo de fármaco interesante para estudiar más a fondo.

Por su parte, el autor principal del estudio, Dr. Patrick Varga-Weisz, comenta al respecto: “Nuestro intestino es el hogar de innumerables bacterias que ayudan en la digestión de alimentos como las fibras vegetales; pero también actúan como una barrera para las bacterias dañinas y educan a nuestro sistema inmunológico. La forma en que estos microscópicos organismos afectan nuestras células, es una parte clave de estos procesos.”