CIUDAD DE MÉXICO .- A casi seis años de distancia, el Instituto Nacional Electoral (INE) documentó otra trama de financiamiento ilícito durante la campaña electoral de 2012, a través del reparto de miles de tarjetas bancarias a representantes de casilla, con las que se benefició mayoritariamente a representantes del PRI cuando Enrique Peña Nieto era su candidato presidencial.
Lo anterior fue revelado a partir de una investigación de casi cinco años a cargo de la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, cuyo presidente, el consejero Ciro Murayama, calificó como una de las indagaciones “más complejas” que ha enfrentado el Instituto sobre una “trama de financiamiento irregular a la política”.
Fue entrevistando representantes de casilla, en noviembre del mismo 2012, que el órgano fiscalizador del entonces IFE dio con los testimonios de Raúl y Nabor García, ambos militantes priistas de Veracruz, quienes aceptaron haber recibido pagos de dos mil pesos cada uno por su labor el día de la elección, pero no a través de tarjetas Monex, sino a través de tarjetas prepagadas de Bancomer.