AMLO Y CJG: rutas similares, agendas comunes

Hay similitudes en la forma en que Andrés Manuel López Obrador y Carlos Joaquín González llegaron al poder y acaso por haberlo logrado en contextos muy parecidos sus agendas de Gobierno terminaron siendo muy parecidas. Ambos tuvieron que enfrentarse al dinosaurio que ahora parece haber entrado a una fase de extinción.

La similitud de sus rutas les ha implicado agendas comunes, vencieron a los dinosaurios que dejaron al país y a Quintana Roo saqueados, a merced de grupos criminales y en deterioro permanente del medio ambiente.

Ese lastre en la política y democracia nacional será cada vez menos pesado al igual que las facturas que el gobernador de Quintana Roo parece haber saldado ya con los dos partidos que lo acompañaron al lanzar su candidatura, el PAN y el PRD.
El resultado de las elecciones pasadas despeja de obstáculos a la administración joaquinista.

El panorama para la gestión de Carlos Joaquín también se despeja por la afinidad que guarda su agenda de Gobierno con la del presidente de la República electo, en temas tan cruciales como el combate a la desigualdad, corrupción, inseguridad y medio ambiente.

Para abatir la desigualdad ambos se enfocan en impulsar la inversión, fomentar el empleo y reducir el gasto corriente aunque observan como una de las principales raíces de la pobreza, a la corrupción. Tanto López Obrador como Carlos Joaquín fueron electos por el hartazgo de la población hacia los gobiernos corruptos. En el caso del segundo la lucha contra la corrupción ha implicado abatir también la impunidad y ejercer la justicia llevando a la cárcel al ex gobernador Roberto Borge y algunos funcionarios coludidos con los escandalosos casos de corrupción que despojaron al estado y a particulares de su patrimonio y multiplicaron la deuda pública de Quintana Roo.

De igual forma también tienen afinidad en promover el desarrollo del sur para disminuir la brecha con el norte. Quintana Roo es una de las piezas clave para impulsar el crecimiento turístico de la zona, conectándola vía terrestre con carreteras y el Tren Maya, destinado a impulsar el producto turístico Mundo Maya y la reactivación económica de comunidades que estarán en esta ruta.

Asimismo la agenda ambiental de López Obrador tiene, como en el caso del gobierno quintanarroense, ejes transversales que se basan en la transparencia, el desarrollo integral y sustentable, la participación ciudadana y los derechos humanos.

Las coincidencias incluyen asimismo las agendas de ambos para enfrentar la inseguridad. Primero, resolviendo el desempleo y la pobreza, es decir, las condiciones que han generado la mayor violencia en el país. Y mejorando la procuración de justicia para reducir la impunidad. A este plan López Obrador lo define como “priorizar la inteligencia sobre la fuerza”, mientras Carlos Joaquín ha emprendido un ambicioso programa, al que llama Quintana Roo Seguro y en Paz, para coordinar, profesionalizar y dotar de la mejor tecnología a la Seguridad Pública.

En resumen podríamos decir que la verdadera transición en Quintana Roo, la que eligieron los ciudadanos en 2016, tendrá mucho mejores condiciones de hacerse realidad a partir del próximo primero de diciembre