Por Román Martínez
Un exitazo resultó la Feria del Tamal, promovida por el regidor de la Comisión de Comercio, Humberto Aldana Navarro, en los dos días que duró, sábado y domingo se calcula que asistieron cinco mil personas, que apenas si podían caminar en el Parque de Las Palapas, donde hubo tamales de diversos estados y países y las tradicionales “guajolotas”, tortas de tamal con telera, tipo D.F., además de bailes regionales interpretados por el ballet folklórico del ayuntamiento.
Participaron 70 expositores, con tamales de otros países, la asociación de venezolanos radicados en Cancún, gente de Cuba, El Salvador, Guatemala, Colombia, Belice, Uruguay. De México, productores independientes de Campeche, Yucatán, Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Durango; todos acabaron su producción, porque los asistentes comieron ahí y pidieron para llevar. Los acompañaron con champurrado de varios sabores, chocolate con agua, atoles varios.
El ballet folklórico del ayuntamiento interpretó bailables de varias regiones del país, con la ropa típica de cada estado; las 150 sillas que se colocaron, para comodidad de la gente, abajo del escenario, no alcanzaron, la mayoría disfrutó parado los bailes de: Jalisco, Oaxaca, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, por citar algunos, con la conducción de los locutores y personal de Radio Ayuntamiento, además de que cantaron niños, niñas, y personas de la tercera edad y la presidenta municipal, Mara Lezama acudió el sábado y constató el éxito de este evento que contribuye al tejido social
Se vieron turistas estadounidenses, rusos, alemanes, muchos europeos, al igual que del interior del país, en evento en el que se colocaron lonas con la historia de los tamales, que se preparan y comen desde la época preclásica; “como preparado de masa, que en el 250 época clásica se empezaron a hacer en hojas de elote, que también disfrutaban nuestros ancestros de la zona maya y mexica”, destacó el regidor Aldana.
Humberto Aldana dijo que en este evento de dos días, se celebró la Fiesta de la Candelaria, que por primera vez se hizo en el Siglo XVI, en el Pueblo de la Candelaria, en Coyoacán, en el Distrito Federal; ”le llamaban Encuentro; se representaba al Niño Dios en la Iglesia y se santificaba a la Virgen María; se le hacía ofrenda a los ayudantes del Dios de la Lluvia, Tlaloc, los Tlaloques”, concluyó